domingo, 20 de enero de 2013

Lección 3. Amar es un derecho


Amar y ser amado es un derecho de todo ser humano. Tú, yo, ellos, ellas, todos tenemos derecho al amor. Como derecho humano es: universal, fundamental, inalienable, irrenunciable, debe ser garantizado, protegido y restaurado. El amor es la base sobre la cual son garantizados los demás derechos; ya sean sociales, políticos o económicos. El respeto a los derechos humanos es la manifestación palpable del amor que habita en los corazones de los hombres.

La familia es la primera escuela del amor; allí aprendemos las lecciones iniciales de cómo amarnos y amar a otros. Los padres son el ejemplo máximo de amor; nos dan vida, alimentan, visten, cobijan, protegen, cuidan la salud, educan, estimulan, apoyan, orientan,  y muchas acciones diarias y permanentes que realizan a lo largo de sus vidas. Pocas veces vemos ejemplos de amor incondicional como el de una madre o un padre por un hijo. Dan lo mejor que pueden.

Al pasar de los años, vamos creciendo y asumimos la responsabilidad de dar respuesta a nuestras necesidades; las físicas, emocionales, intelectuales, sociales y espirituales. La madurez va llegando con el tiempo, de la experiencia que dejan los éxitos y los fracasos de nuestras decisiones, vamos abriendo nuestro entendimiento al verdadero sentido de la vida.

Cada uno tiene un momento crítico, en el cual analiza su vida y descubre que debe asumir un rol más maduro en el respeto de sus propios derechos y el de los demás. La mayoría a pesar de las canas, verrugas y arrugas, seguimos comportándonos de manera inmadura en el amor; somos como un niño que espera que sus necesidades afectivas y emocionales sean resueltas desde afuera. 

En un despertar de conciencia, podemos mirarnos al espejo y reconocer esa imagen, aquel ser interior que gobierna nuestras vidas, el fantasma de recuerdos y temores que nacieron en la niñez y que aún cargamos. Empezamos a reconocer nuestro derecho a amarnos de manera completa y total, con todas nuestras limitaciones, pero también con todas las capacidades que tenemos.

Hoy podemos comprender que tenemos una historia que nos ha traído a este momento, la cual bendecimos y llenamos de amor. Hoy aceptamos que somos imperfectos  pero aún así inmensamente valiosos. Hoy trabajamos por nuestro derecho de amar, liberándonos de piedras del pasado que limitan nuestro avance. Hoy nos abrimos a todo lo bello que existe para nosotros, es nuestro derecho.

Liliana

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