jueves, 21 de febrero de 2013

Lección 20. Amar es dar


El amor es un regalo que se ofrece generosamente, sin condiciones, ni expectativas de obtener beneficios de ello. Quien ama completamente entrega todo lo que es, expresa su amor mediante sus pensamientos, palabras, sentimientos y acciones. 

El concepto de dar se entiende como regalar objetos; materiales, físicos, tangibles, palpables; y aunque estos hacen parte de la demostración de los afectos, no son realmente valiosos si tras ellos no existen sentimientos sinceros de valoración y estima. Los objetos materiales nunca lograran suplantar las demostraciones de amor que no tienen precio, aquellas que no se pueden comprar o vender.

Darse es diferente a dar, darse es entregarse a otro, por medio de una sonrisa, un abrazo, una mirada a los ojos, una escucha atenta, algo que sólo otro ser humano te puede brindar. Son las expresiones de afecto y lo que otra persona es capaz de hacernos sentir, lo que recordaremos de ella toda la vida. El amor incondicional, la aceptación completa que todos valoramos como el mejor regalo.

El tiempo es el mayor bien que podemos compartir con otro, este tiempo que dedicamos a dar una llamada oportuna, a escribir un mensaje de felicitación o de amor, el que elegimos para acompañar a quienes amamos cuando lo necesitan. Nos damos a otros cuando estamos dispuestos a jugar, hablar, reír, compartir,  escuchar, preguntar, soñar o llorar juntos, acompañar, acariciar, abrazar, amar. Nos sentimos felices cuando vemos la felicidad que un pequeño detalle puede generar en un amigo o en un ser amado.

La generosidad nace de un espíritu que vive en la abundancia, que se siente bendecido y conectado con Dios. Quien lo tiene todo, lo comparte todo. Quien sabe que hay una fuente inagotable de amor, no teme quedar vacio al entregarlo. Quien sabe que todo lo que da regresa, no guarda nada. Quien quiere amar, aprende a dar.

Como siempre, el amor nace en nosotros, si no valoramos los seres maravillosos y extraordinarios que somos, no nos creeremos merecedores de amor. Debemos aprender a darnos más amor a nosotros mismos, tratarnos con ternura, aceptarnos sin condiciones, ser tolerantes con nuestros errores. La mente es poderosa, debemos cuidarla alimentándola con mensajes positivos de amor propio. Cuidar nuestro cuerpo como el verdadero regalo que es. Ser generosos con nosotros mismos, darnos regalos grandes o pequeños, porque nadie...nadie nos va amar mejor que nosotros mismos.

Gracias Padre, por ser la fuente inagotable de bendiciones, por favor enséñanos a ser generosos como Tú.
Liliana

No hay comentarios:

Publicar un comentario