¡Señor!
Colma
de esperanza mi corazón
y de
dulzura mis labios.
Pon
en mis ojos la luz que acaricia y purifica,
en
mis manos el gesto que perdona.
Dame
valor para las luchas,
compasión
para las injurias,
misericordia
para la ingratitud y la injusticia.
Líbrame
de la envidia,
y de
la ambición mezquina,
del
odio y de la venganza.
Y
que al volver hoy nuevamente
al
calor de mi lecho,
pueda
en los más íntimo de mi ser,
sentirte Ti presente. Amén
Anónimo
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