domingo, 3 de marzo de 2013

Lección 26. El amor es una conquista


El amor es una conquista que se logra en muchas batallas. El camino del amor es para valientes; aquellos que son capaces de enfrentar sus miedos; los hombres y las mujeres que se levantan ante los fracasos una y otra vez; los que a pesar del dolor o las heridas siguen creyendo que el amor es el más alto ideal por el cual luchar.

Para conquistar el verdadero amor, hay que navegar por aguas turbulentas, atravesar por mares de profundos sentimientos y pasiones. Navegamos en el amor, como descubridores de antiguos reinos; entre la noche y el día, la calma y la tempestad, la abundancia y la escases, y la ilusión y el desencanto. Navegamos con toda la incertidumbre, porque nos mueve sólo la fe firme en una nueva tierra, la tierra del verdadero amor: fecundo, pleno, incondicional, universal y milagroso.

El amor es un viaje mágico porque sabemos que estamos en la búsqueda de un gran tesoro. El amor es muchas cosas a la vez: es una meta y al mismo tiempo es el camino; es el alimento que necesitamos y el aliento que damos; el  amor es tan real que hace vibrar el alma, pero tan fugaz e imposible de atrapar; el amor es la espada para luchar y la medicina para sanar.

Amar es una conquista de todos los días, de cada hora, de cada segundo. La conquista del amor ocurre en nuestro interior, es una victoria del corazón sobre la razón, porque el amor es un acto irracional, y cuando es la mente con sus vicios, deseos y ambiciones, la que decide, hace perder la ruta, y nos desviamos de la meta que buscamos, el verdadero amor.

Cada día conseguimos triunfos en el amor, sean estos grandes o pequeños. Los pequeños avances diarios, si somos conscientes de ellos, acortan la distancia que existe entre la luz y la oscuridad, entre la tristeza y la alegría, entre la angustia y la paz, entre el miedo y el amor. Las victorias diarias parecen insignificantes si vemos la meta que queremos, pero si nunca dejamos de detenernos, estaremos más cerca del verdadero amor. Lo importante es no parar.

En la conquista del amor, no hay adversarios externos contra los cuales luchar, los enemigos están dentro de nosotros. Hoy podemos tener victorias contra ellos, con actos simples pero necesarios para controlar el ego, ese compañero permanente que muchas veces nos domina. Esta conquista no es de poseer más, es una conquista de despojarse, de entregar. El camino del amor es una vía de renuncia, de soltar todo aquello que guardamos en el interior que nos limita recibir y dar amor de manera constante e incondicional.

Hay pequenas conquistas en el amor: los actos simples como callar cuando estamos enojados, hacer algo especial para otra persona, agradecer en lugar de criticar, perdonar sinceramente una ofensa, dar una sonrisa en lugar de un gesto despectivo, abrazar y decir: te quiero, te extraño, eres muy especial, Te amo…En el amor son las victorias de todos los días las que lo cuidan y alimentan.

Dios, Padre Amado, Tú nos haces victoriosos, sabemos que nos guías en nuestras batallas y nos das la fuerza para vencer y avanzar en el amor. Gracias. 

Liliana

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