jueves, 17 de julio de 2014

Cuento sobre la amistad: Un hombre, un caballo y un perro

Un hombre, su caballo y su perro mueren en un accidente. El hombre tardo un tiempo en darse cuenta de que los tres estaban muertos. La caminata era muy dura, larga, cuesta arriba y el sol daba de frente. Los tres estaban empapados en sudor y tenían mucha sed. Precisaban desesperadamente agua.
En una curva del camino avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que desde una garita guardaba la entrada:
­­—Buen día— dijo el caminante.
—Buen día— respondió el hombre.
—¿Qué lugar es éste tan bonito? —preguntó el caminante.
—Esto es el cielo— respondió el hombre.
—Qué bueno que nosotros llegamos al cielo. Estamos con mucha sed —dijo el caminante.
—Usted puede entrar a beber agua a voluntad —dijo el hombre señalándole la fuente.
—Mi caballo y mi perro también están con sed —replicó el primero.
—Lo lamento mucho —le dijo el guarda—. Aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque tenía mucha sed, pero él no bebería dejando a sus amigos con sed. De ésta manera prosiguió su camino.
Después de mucho caminar cuesta arriba, con el cansancio y la sed multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semiabierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra.
A la sombra de uno de estos árboles estaba un hombre recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, parecía que dormía...

—Buen día —dijo el caminante.
—Buen día —respondió el hombre.
—Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
—Hay una fuente en aquellas piedras —dijo el hombre indicando el lugar.
—Pueden beber a voluntad.
—Muchas gracias —dijo el caminante al salir.
—Vuelvan cuando quieran —respondió el hombre.
—A propósito —dijo el caminante— ¿Cuál es el nombre de este lugar?
—Cielo — respondió el hombre.
—¿Cielo? ¡Mas si el hombre de la guardia de al lado del portón de mármol, me dijo que allí era el cielo!
—Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo. Entonces dijo:
—Esa información falsa debe causar grandes confusiones.

—¡De ninguna manera! —respondió el hombre—, ellos nos hacen un gran favor, porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.
Paulo Coelho
Imagen: http://www.mimascotayyo.com/index.php/grandes-historias/un-hombre-un-caballo-y-un-perro/

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