Tú eres la estrella de todas las
noches, la luz de todas las auroras.
Tú eres el relato de todos los
huéspedes, la historia de todos los países.
Ninguna desdicha caerá sobre ti.
Ni en la colina, ni en el rio, ni
en el campo ni en el valle, ni en la montaña ni en el desfiladero.
Ni por arriba ni por abajo.
Ni en el mar ni en la playa, ni
en los cielos ni en las profundidades.
Tú eres el meollo de mi corazón.
Tú eres el rostro de mi sol.
Tú eres el arpa de mi música.
Tú eres la corona de cuantos me
acompañan.
Caitlin Matthews
(Publicada en el libro El Arte de Bendecir, escrito por Pierre
Pradervand)
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