viernes, 26 de julio de 2013
Sinceridad - Frase célebre de William Shakespeare
En
la antigua Italia, los escultores poco escrupulosos ocultaban los defectos de
sus obras llenándolos con cera, presentando unas esculturas que no eran lo que
parecían ser.
La
cera al poco tiempo se derretía o desprendía, revelando el defecto tanto de la
obra como del artista.
Los
artesanos auténticos empezaron a identificar su obras grabando en todas ellas
unas palabras en latín: sine cera, Sine es sin, y cera es cera.
Una
escultura sine cera es una escultura sin cera.
El
sello de autenticidad tranquilizaba a los clientes con respecto a su
adquisición.
Fuente El poder de las
palabras de Kevin Hall
miércoles, 24 de julio de 2013
Cuento sobre ser un Santo - Anthony de Mello
Érase una vez un hombre tan piadoso que hasta los ángeles se
alegraban viéndolo. Pero, a pesar de su enorme santidad, no tenía ni idea de
que era un santo. El se limitaba a cumplir sus humildes obligaciones,
difundiendo en torno suyo la bondad de la misma manera que las flores difunden
su fragancia, o las lámparas su luz.
Su santidad consistía en que no tenía en cuenta el pasado de
los demás, sino que tomaba a todo el mundo tal como era en ese momento,
fijándose, por encima de la apariencia de cada persona, en lo más profundo de
su ser, donde todos eran inocentes y honrados y demasiado ignorantes para saber
lo que hacían. Por eso amaba y perdonaba a todo el mundo, y no pensaba que
hubiera en ello nada de extraordinario, porque era la consecuencia lógica de su
manera de ver a la gente.
Un día le dijo un ángel: “Dios me ha enviado a ti. Pide lo
que desees, y te será concedido. ¿Deseas,tal vez, tener el don de curar?”
“No”, respondió el hombre, “preferiría que fuera el propio
Dios quien lo hiciera”.
“¿Quizá te gustaría devolver a los pecadores al camino
recto?”
“No”, respondió, “no es para mí eso de conmover los corazones humanos.
Eso es propio de los ángeles”.
“¿Preferirías ser un modelo tal de virtud que
suscitaras en la gente el deseo de imitarte?”
“No”, dijo el santo, “porque eso
me convertiría en el centro de la atención”.
“Entonces, ¿qué es lo que deseas?”, preguntó el ángel.
“La
gracia de Dios”, respondió él. “Teniendo eso, no deseo tener nada más”. “No”,
le dijo el ángel, “tienes que pedir algún milagro; de lo contrario, se te
concederá cualquiera de ellos, no sé cuál...”
“Está bien; si es así, pediré lo
siguiente: deseo que se realice el bien a través de mí sin que yo me dé
cuenta”.
De modo que se decretó que la sombra de aquel santo varón,
con tal de que quedara detrás de él, estuviera dotada de propiedades curativas.
Y así, cayera donde cayera su sombra -y siempre que fuese a su espalda-, los
enfermos quedaban curados, el suelo se hacía fértil, las fuentes nacían a la
vida, y recobraban la alegría los rostros de los agobiados por el peso de la
existencia.
Pero el santo no se enteraba de ello, porque la atención de
la gente se centraba de tal modo en su sombra que se olvidaban de él; y de este
modo se cumplió con creces su deseo de que se realizara el bien a través de él
y se olvidaran de su persona.
Anthony de Mello
Papa Francisco : Necesitamos Santos
Necesitamos santos sin velo, sin sotana.
Necesitamos santos de jeans y zapatillas.
Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.
Necesitamos santos que busquen tiempo cada día para rezar y que sepan enamorar en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.
Necesitamos santos que amen la Eucaristia y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la musica, la danza, el deporte.
Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos santos que esten en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos".
!Esos tenemos que ser nosotros!
Fuente: Facebook
Otros mensajes del Papa Francisco I:
Necesitamos santos de jeans y zapatillas.
Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.
Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.
Necesitamos santos que busquen tiempo cada día para rezar y que sepan enamorar en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.
Necesitamos santos que amen la Eucaristia y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la musica, la danza, el deporte.
Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos santos que esten en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos".
!Esos tenemos que ser nosotros!
Fuente: Facebook
Otros mensajes del Papa Francisco I:
martes, 23 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
Cuento sobre el amor: La mujer ideal
Dijo el discípulo al Maestro:
¡Encontré a la mujer de mi vida!
¡Es una estatua griega!
¡Es más hermosa que la luna llena!
¡Que las
flores!
¡Es una joya reluciente!...
Respondió el Maestro:
Hijo, detén tu entusiasmo y dime, además de hermosa ¿qué más es?
¿Sabe
comunicarse?
¿Sabe relacionarse?
¿Sabe salir adelante en los infortunios?
¿Sabe dar un apoyo y ser vulnerable al mismo tiempo?
¿Sabe
ser mujer y hembra?
… Porque con la
belleza no irás muy lejos.
Mariano Merino
imagen:morguefile
Amar a Dios
Amar a Dios con todo el corazón
significa decir un «Sí» incondicional a la vida y a todo lo que la vida trae consigo.
Aceptar sin reservas todo lo que Dios
ha dispuesto con relación a la propia vida.
Tener la actitud que tenía Jesús cuando
dijo: «No se haga mi voluntad, sino la tuya».
Amar a Dios con todo el corazón
significa hacer propias las célebres palabras de Dag Hammarskjold:
“Por todo lo que ha sido, gracias.
A todo lo que ha de ser, Sí”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)